INVOCACIÓN RITUAL
Por invocación se entiende «la
acción por la cual se llama en socorro a una divinidad, una potencia
sobrenatural, y particularmente para ponerse bajo su protección».
En Masonería la encantación sólo puede ser colectiva, efectuada por
una Logia de Maestros, y con un Nombre ya regularmente transmitido por
la Masonería.
Mientras en Masonería
especulativa los trabajos comienzan en cámara de Aprendiz, en
Masonería operativa la Logia era abierta por los tres Grandes Maestros
en la cámara de séptimo grado, para abrir después sucesivamente los
grados inferiores: la influencia espiritual descendía primero
«verticalmente» para después ser transmitida «horizontalmente». Este
descenso era cumplido mediante la invocación ritual de tres Nombres
divinos monosilábicos (uno por cada Gran Maestro), y su soporte
geométrico era el triángulo constituido por las tres varas de longitud
3, 4 y 5, aportadas por los tres Maestros. Al término de este rito,
siempre en cámara de séptimo grado, se efectuaba un «saludo» dirigido
a un Nombre divino hebreo trisilábico, cuyo valor numérico es 345 (¿El-Shaddai?,
¿Metatron?).
Este rito recuerda, en parte
al menos, las invocaciones que en Masonería especulativa hacen las
tres luces del Taller a la Belleza (Gamal), la Fuerza (´Oz)
y la Sabiduría (Dabar), atributos divinos, y cuyas iniciales en
hebreo, ordenadas según se invocan y leídas de derecha a izquierda,
como se hace en el hebreo, forma el nombre de Dios en ingles GOD, tal
como señalan los propios masones ingleses.
Por otro lado, el nombre
divino Iah, sede efectiva del Sol central oculto del Universo
(la Estrella Polar), está en relación especial con el primero de los
tres Grandes Maestros mencionados. Este nombre divino viene a ser un
resumen del Tetragrama completo. El nombre YHWH (que significa «Yo
soy») deriva de la raíz «ser». El Tetragrama es uno de los Nombres de
Dios comunes a Judíos y Cristianos. Santo Tomás de Aquino lo encuentra
particularmente propio para «significar la substancia divina dado
que ella es incomunicable» (Summa I, Q. 13, art. 11).
Los masones operativos
católicos no dejaban de invocar al Gran Arquitecto bajo su forma
hebrea de El-Schaddaï, tal como lo testimonia la plegaria de
los masones operativos de Wakefield. En el grado de Maestro
de la Masonería de la Marca se aconseja emplear ocho horas diarias en
«rezar al Dios Todo-Poderoso», es decir,a El-Shaddaï.
El-Schaddaï ha sido transmitido siempre en el seno de la Santa
Arca Real de Jerusalén, en la que se transmite un mantra por tres
oficiantes, pero también diagramas geométricos y posturas corporales.
Además, el secreto operativo de la Masonería está ligado al
descubrimiento de la «palabra perdida», que es un Nombre divino
invocado por Abraham, de valor 3-4-5 o 345: El-Shaddaï.
Significativamente, en la
Masonería de la «Santa y Real Arca de Jerusalén», hay algunos rituales
ingleses que emplean el término «balancing» en el momento de la
pronunciación triangular de los Nombres divinos bajo el arca «humana»,
lo que supone un indicio de la existencia de un balanceamiento
encantatorio en la invocación.
Por otra parte, en los
rituales «escoceses» (de los tres grados) reelaborados por D. Roman
bajo la supervisión de R. Guénon, el número de golpes de mallete dados
por los tres primeros Oficiales es de 115 en cada grado, lo que da un
total de 345, valor numérico de El-Shaddaï, palabra sagrada de
la antigua Masonería operativa.
El vestigio del «trabajo»
operativo entre los especulativos parece residir en la cadena de unión
hecha alrededor del cuadro de logia. Según Guénon la manifestación de
la Shekinah tomaría como soporte el conjunto de iniciados: «se
podría decir que esta presencia se manifiesta de algún modo en la
intersección de las ‘líneas de fuerza’ que van de uno a otro de todos
los que participan en el trabajo espiritual, como si su descenso
estuviera llamado directamente por la resultante colectiva que se
produce en este punto determinado y que le proporciona un soporte
apropiado». Guénon interpretaba toda
tentativa de erradicación o de ataque de este Nombre en las
organizaciones masónicas (Schaddaï, El-Shaddaï, Adonaï El-Schaddaï)
como contrainiciático.
Extractado de: Alexis Hatman,
Diccionario Masónico, Barcelona, 2007, p. 96-99.
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